Página  1 | 2 | 3 

erá sin complicaciones, al menos por esta vez (cualquiera sea la que se le haya cantado a usted-que-lee-allí). He aquí una historia simple que se cuenta y que usted va a entender en toda su simpleza, de principio a fin, de izquierda a derecha y de menor a mayor; así de fácil. Vamos despacio por las dudas, o también podemos hacerlo despacio, por las dudas... como le plazca.

Había una vez (puede ser mañana enfrente de su casa o ayer en una ciudad que no existe, no importa), decía, había una vez una chica durmiendo. Recuerde que esta es una historia simple, así que no tiene mucho sentido entrar en detalles sobre si era linda, si dormía en una cama en un monoambiente o arriba de un iglú en un valle de las sierras. No hace a la cuestión emprender esas descripciones fenomenales, la historia es simple y puede prescindir de ellas tranquilamente. Lo fatal es que si se me diera por romper de manera rotunda y flagrante la premisa que ambos acordamos no hace más de diez o quince líneas (depende, the eye of the beholder y toda la bola, vio), a usted se le va a volar el bonete y ya no va a dejar que la historia se cuente tal y como se debe. Somos así de predecibles, créame que yo también. Si resulta que lady era muy linda y vivía sola no le va a alcanzar con eso, le va a entrar una curiosidad como para hacer dulce (caramba, dulce curiosidad), porque es una imagen más que apetecible para los sentidos y para el espíritu. La otra, más jodida todavía, es que se ponga en materialista, en cuyo caso va a terminar mal esta nuestra historia y la que intenta contarse también. No diga que no le avisé, mire que lo que yo entiendo por "muy linda" y "sola" es más que suficiente a los fines del relato (ni hablar de "era" y "vivía"), pero si desconfía le puedo proponer que tenía ojos amarillos, caderas anchas, abundante pelo rojo y un colchón que era el cielo, aunque para ser más preciso y menos maricón tendría que decir que eran varios almohadones dispuestos sobre el piso para cumplir la función de un colchón. El cuartito oscuro para ella persona y ella sus cosas estaba bastante bien a pesar de que no había ventana. El piso era algo frío, repleto de baldosas blancas, pesadas y negras. Eran como para un ajedrez, no sé si uno humano pero al menos uno con gatos o perros o pequeños robots, que son los más fáciles de educar para jugar a semejante cosa, lástima que cuestan su buena guita y por eso a nadie se le ocurre fabricarlos... aunque también pasaba eso con los celulares, los aparatos de aire acondicionado y las pelotas de fútbol de muchos colores y mírese ahora usted-que-lee-allí, haciendo jueguitos mientras manda un mensaje de texto contando lo fresco q c está en la pieza ahora q pusimos el split. Ojo que yo lo digo de envidioso nomás, si intento hacer la mitad de esas cosas me agarra un vértigo que para qué le cuento... Y hablando de esas preguntas terribles, prosigamos, habrá que ver si existe una respuesta más o menos interesante.

Por más que haya divagado para distraer zu zed de zignificazión no hay forma de evitar que empiece a sopesar en su mente los adjetivos, la longitud de las oraciones, la combinación de todos los elementos en cada una, así se va escapando por ese ventiluz que hace un ratito omití en la descripción por razones que para usted serán más que claras y para mí tanto más inútiles. Más vale dejar de lado las preguntas y las hipótesis del estilo de por qué la dibuja durmiendo o si eso de "ojos amarillos" debe ser una metáfora, sólo lo alejarán todavía más de esta historieta y eso sería ir justo en el sentido contrario al que usted pretende alcanzar porque yo digo que usted lo pretende y se acabó. Avance nomás, de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y del día a la noche (vio qué raro suena puesto así) a través de este irrespetuoso derroche de letras.

Gracias a su constante curiosidad la lectura debe haberse acelerado, con lo cual le comunico que me está alterando el tiempo de las cosas, sobre todo el de esta chica de la que le estoy hablando. Visto y considerando que no hay manera de lograr que usted desista, paso a decirle que ya la despertó. Sí, fue usted y yo no tengo nada que ver porque acá hago de nexo nomás, ¿stamo?

Bueno, no hay mal que por bien no venga. Se levantó, eso a usted ha de interesarle muchísimo más que mis esfuerzos por abrirlo a una narración más auténtica, y en mi fracaso me regodeo eo eo porque al menos me permite continuar la historia sin interrupciones, tal como a mí me gusta aunque no se haya notado en absoluto hasta aquí, imagínese mi cara de ironía al escribir esto. Por suerte, esta historia es sencilla (¿se acuerda?) así que no va a costar mucho recuperar su atención. Ella abrió los ojos moviendo uno por uno los dedos de las manos, respiró profundo, levantó la cabeza de la frazada que usaba de almohada, se deslizó hasta quedar parada al costado de su lecho en un solo y sencillo movimiento. Se pasó los brazos por detrás de la espalda y se arqueó hacia abajo hasta sonar dentro del camisón. Abrió el ventiluz, prendió la radio, sonó el informativo y luego unos 4 jingles (tarareó el tercero si de algo le sirve). Se cambió con las prendas que había amontonadas en la silla celeste arrimada contra la pared (obsérvela con cuidado), debajo del ventiluz. Después enfiló sin prisa ni pausa hacia el baño, como todo lo (poco) que había sentido hacer desde que amaneció, se paró bien atrás respecto de la pileta, apoyando las manos en el borde mientras juntaba los talones a la altura del inodoro y el bidet, inclinada hacia adelante por más obvio que resulte el comentario. El espejo la miró fijo sin poder amedrentarla, luego se cepilló el pelo un par de veces, después abrió la puerta que daba afuera, deslizándose hasta que casi ya no estuvo. Antes de irse giró hacia el interior parada debajo del umbral, recordó el cepillo en su mano y lo arrojó contra la pared del fondo, donde terminó chocando justo contra el borde del ventiluz antes de caer al piso.

Si se aguanta las ganas de empezar con las suspicacias, le permito pasar al párrafo siguiente luego de este bello amanecer.

Página  1 | 2 | 3 








     2 comentarios