viernes, 3 de octubre de 2008

lahabitacionnumerodoce

a noche era más oscura de lo normal. Y demasiado silenciosa también. Sólo se escuchaba el incesante sonido de la lluvia, y algún que otro trueno esporádico. La única luz de la habitación provenía de la pequeña ventanita, cubierta de malla de alambre, a través de la cual podían observarse figuras de blanco recorrer los pasillos. Algunas creyendo ser dioses o demonios, algunas sumidas en un mutismo funesto. Otras, de diferente atuendo, pero de una blancura similar, controlaban que todo se mantuviera en orden.

Un relámpago rompió con la monotonía de oscuridad. Una silueta se recortó contra la puerta acolchonada. Iba igualmente vestida de blanco.

"Hola Martín, ¿te acordás de mí?"

Hubo un sobresalto. El trueno no se hizo esperar y rugió con toda su furia.

"Soy el doctor Rodríguez. Germán Rodríguez. ¿Te acordás?"

Silencio... El movimiento en el pasillo había cesado. Ya todos se encontraban en sus habitaciones.

"¿Te acordás de por qué te trajeron acá?"

Hubo un nuevo estremecimiento.

"Me acuerdo... me acuerdo de un juicio... muchas personas alrededor mío... y un jurado... Dijeron que yo... que yo había matado a alguien..."

"¿Que recordás antes de eso?"

"Me acuerdo de un... de un consultorio. Un gran escritorio en el medio. Y estantes llenos de libros en las paredes."

"¿Sabes por qué estabas ahí?"

"Sí. Yo tenía... ataques... Ataques de violencia. Me enojaba muy fácilmente y una vez... una vez le pegué a mi esposa. Pero no era yo... no sé... es difícil de explicar. Era como si perdiera el control de mí mismo... Nunca quise hacerle mal a nadie..."

"Y te estabas tratando con un doctor..."

"Sí... pero tenía la sensación de que... Era como si en vez de mejorar estuviera cada vez peor..."

Hubo una conmoción fuera de la habitación. Una puerta se abrió de repente y de ella salió corriendo una de las figuras de blanco que momentos antes se encontraban recorriendo el pasillo. Tras ella corrían dos personas. Una tercera le cerró el paso, no sin recibir un buen golpe en la mandíbula. Entre los tres pudieron controlarlo, arrastrándolo hacia una puerta que se encontraba en el otro extremo del corredor. Se escucharon una serie de gritos, que cesaron violentamente cuando la puerta se cerró.

"¿Que más recordás, Martín?"

"El doctor estaba conmigo en el consultorio..."

"Bueno, Martín, nos vemos el viernes, entonces."

"Sí, pero... Doctor, quería hacerle una pregunta."

"Decíme."

"¿Cuánto tiempo más tengo que seguir con el tratamiento? Porque el medicamento es bastante caro y--"

"Bueno..."

Titubeó un momento.

"Según lo que sé por tu familia, el problema sigue... y no podés estar así."

"Sí, pero..."

"A ver, disculpáme un segundo que me llaman."

Me di vuelta y vi a la secretaria haciendo señas en la puerta...

"Enseguida estoy con vos..."

Se paró y salió del consultorio... Los primeros tres minutos espere sentado, pero no pude aguantar mucho más que eso. Soy muy impaciente... Me paré... Primero me quedé en el lugar, luego empecé a recorrer la habitación de lado a lado... pero no era muy grande... así que empecé a dar vueltas alrededor del escritorio. A todo esto ya habían pasado como diez minutos, y el doctor no volvía...

En un rincón del escritorio había una pila de papeles. Ni siquiera la hubiera visto, de no haber sido porque, en una de mis vueltas, sin querer los tiré todos al piso... soy bastante torpe, también...

Enseguida me puse a juntarlos, por si llegaba el doctor... Sería muy embarazoso. Entre los papeles había dos cuadernos también... uno cayó cerrado, pero el otro se abrió de par en par... Iba a cerrarlo, cuando me llamo la atención mi nombre escrito en rojo...

15/9
Martín Bustamante:

Primer paciente en meses. Ataques violentos, pérdida del control. Posible esquizofrenia. Se recomienda el tratamiento con ...

La tinta estaba borrosa, no pude entender lo que decía... pero definitivamente no era el medicamento que estaba tomando, era un nombre mucho más corto. De repente recordé que el doctor me había recetado otro medicamento al principio, pero me lo había cambiado al poco tiempo, ya que según él no estaba dando resultado...

2/10
Martín Bustamante:

Aparentemente se percibe una mejora. Es demasiado pronto. El medicamento no debería hacer efecto tan rápido ... Supresión ... Cambio por Adronetal

Ese sí era el medicamento que estaba tomando... sentí como si todo empezara a dar vueltas... !NO!... tenía que controlarme... seguí leyendo...

5/11
Martín Bustamante:

La droga está teniendo los efectos previstos. No puedo dejarlo ir. Que dios me perdone.

Todo se nubló. Lo último que recuerdo es el cuaderno cayendo de mi mano y la puerta abriéndose. El doctor entrando... su cara de asombro...

"Martín... ¿Estás bien?"

...acercándose... el resplandor de un abrecartas sobre el escritorio...

Silencio... Un nuevo relámpago iluminó la habitación.

"Martín... ¿Te acordás del nombre del doctor...? ¿Martín?"

"Sí... me acuerdo... Se llamaba... Germán... Germán Rodríguez..."

El trueno tampoco se hizo esperar esta vez.


Dos figuras de blanco recorrían el pasillo, controlando que todo estuviera en orden, mirando atentamente la puerta de cada habitación. Se detuvieron al llegar frente a la número doce.

"¿Escuchás?"

"Seh. El de la doce esta hablando sólo otra vez"







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