viernes, 10 de octubre de 2008

coincidencias

ncontrándome yo en un colectivo, decido poner la canción número 5 del CD que me habían regalado la semana anterior, y cantando "el rock maravilla para este mundo...", fragmento de "La parabellum del buen psicópata" de Los Redondos, decido bajarme porque llegaba a destino.

Luego de caminar una cuadra, ví que el minimarket al cual me dirigía se encontraba cerrado. Como siempre, me quedé parada un minuto más o menos porque al ver cerrado el lugar me desorienté y no sabía qué mierda hacer.

Cuando me di vuelta lo vi. Tres meses atrás lo había llamado para ver como estaba, pero él siempre fue medio autista. Uno de mis mejores amigos, Juani, se encontraba caminando frente a mí sin reconocerme. Con diez kilos menos, el protagonista de El Maquinista hubiese parecido tener mi físico al lado de él.

Si yo tuviese un amigo que fuese una planta, sería así y se llamaría "chiquito".

- ¡Juani! -dije.

Con una mirada perdida me dijo:

- ¡Maira!

Sin preguntarle adónde se dirigía, lo adiviné y le dije:

- Te acompaño a tu casa.

El viaje fue de 5 cuadras, y como siempre estuvo la charla habitual: "¿Cómo estás?", "¿Tu vieja?", "¿Y la facu? ¿La dejaste?", a lo que él respondió:

- Sí, Filosofía es lo mío, y como tal no puedo estudiarla en esa facultad.


Llegamos a su departamento, piso once; el balcón era un paisaje rocoso, y digo rocoso porque era un mar de edificios, humo, colectivos y gente, mucha gente. Las paredes púrpuras sin cuadros, los libros, y una franja con fotografías junto al colchón en el suelo me hicieron, otra vez, adivinar que hacía rato no salía y volvía a tener sus frecuentes ataques de pánico.

Mis adivinanzas llegaron a su fin cuando me interrumpió diciendo:

- Yo tomo el mate aguado.

Me senté en la minicocina, y lo miré.

- Te falta risa a vos. -le dije.

- No sé cómo haces para estar siempre tan alegre, sin reírte. -respondió.

La conversación fue muy larga y los tópicos abordados no vienen al caso porque carecen de coherencia -al menos para mi- y porque el resumen de todo lo hizo él cuando dijo:

- Yo ahora disfruto de hablar con las plantas y tener contacto con las pequeñas cosas de la vida, como bañarme. Estas son las pastillas que tomo. Dejé de drogarme. Ahora paseo perros y la verdad no sé que voy a hacer de mi vida.

Puse "locura" en google y apareció esto

En mi pensamiento solo estaba la frase: "Si no sabés qué hacer, en vez de boludear agarrá y empezá escribir todo lo que te pasa; o en su defecto pegáte un tiro, pero no me rompas las pelotas". El consuelo me vino a la mente cuando recordé que todos los grandes pensadores, filósofos, actores, etc., etc., etc. tuvieron una vida de mierda; pero ese consuelo también se fue a la mierda cuando vi todas las posibilidades que este cuasi hermano estaba desaprovechando.


Al irme le di un gran abrazo, y esa noche no fui a cenar a su casa. Quizás por miedo o quizás por orgullo o quizás porque no tenía hambre y prefería quedarme con mi novio en mi casa mirando "Ta-Te-Show" por el canal Volver.


Qué se yo, tal vez me falta compasión, pero suelo ser bastante directa en este tipo de crisis. Yo no me he muerto y sólo la tuve enfrente en tres ocasiones. Si me pongo a pensar para qué mierda vivo, es obvio que me voy a terminar matando, así que el secreto consiste en tratar de disfrutar y/o criticar todas las cosas que uno va viendo. No se trata de la belleza del mundo, se trata de su belleza y de su mierda, y de aprender a distinguirlas. Y mientras eso sucede cumplimos años, nos casamos o divorciamos o lloramos o nos reímos y tenemos múltiples orgasmos, comemos y fumamos, bailamos o nos sentamos, leemos o vamos al cine o a comer o a hacer "el angelito" en la arena.

Lo cierto es que antes de despedirnos me regaló el libro Viaje al fin de la noche, de Louis Fernand Céline.

"La gran derrota, en todo, es olvidar, y sobre todo lo que te ha matado, y diñarla sin comprender nunca hasta qué punto son hijoputas los hombres. Cuando estemos al borde del hoyo, no habrá que hacerse el listo, pero tampoco olvidar, habrá que contar todo sin cambiar una palabra, todas las cabronadas más increíbles que hayamos visto en los hombres y después hincar el pico y bajar. Es trabajo de sobra para toda una vida"







No hay comentarios:

Publicar un comentario